Introducción
Este ensayo es construido
desde mi experiencia y reflexión personal como estudiante, en las prácticas
políticas, académicas y pedagógicas dentro de la universidad pedagógica
nacional (Colombia), intentando presentar y poner en tela de juicio como se ha
venido desarrollando la universidad pública al menos desde Bogotá, en lo que
decidí llamar crisis cultural en la universidad pública. Aunque se hace
referencia a “Universidad” lo que presentaré es un énfasis al estudiantado
dentro del plantel educativo y de manera somera parte de la relación con la
institucionalidad y la desvinculación de la formación de la universidad en la
construcción de un proyecto nacional y no a todos sus posibles componentes.
El profesor Sergio de
Zubiria retomando a de Boaventura de Sousa Santos nos explica en lo que
consiste la triple crisis en la vida universitaria expresada en: Gramsci (Hegemonía),
Weber (Legitimidad) y Habermas (Institucionalidad)1. Igualmente De
Zubiria expresa la idea de tres postulados en los que debe profundizar la
universidad y que cada vez más se están perdiendo, formación y capacitación de profesorado
(Docencia), investigación y formación al estudiantado en sus múltiples ámbitos2.
La universidad colombiana no
se escapa de ello, las políticas educativas nacionales en sus principales
postulados busca mercantilizar e instrumentalizar bajo unos proyectos económicos
temporales o bajo los intereses de unas
empresas particulares los escenarios de formación, critica y debate como lo son
las universidades.
Por ello es preciso ver de qué
forma lo asumen las personas que aún se “benefician” de la llamada educación
pública que tanto se lucha en este país y relacionarlo no tan directamente con
lo que el profesor Zubiria nos expone, ya que es evidente la crisis
estructural que presenta la universidad y que definitivamente se encuentran los
postulados del profesor desarrollados en nuestro contexto, por ello considero
que es necesario ver cómo se forma desde dentro otro tipo de crisis, la que se podría
denominar como la crisis universitaria, la crisis de quienes la habitan.
Antes de ocuparme en poder
ver como se crean y ven reflejadas las relaciones culturales dentro de la
escuela, me pareció más oportuno poder hacer una crítica al mismo manejo que se
ha venido desarrollando al interior de la universidad a las relaciones de los
estudiantes y a las vivencias que se dan allí. Éste como espacio de formación académica
y especializada en la construcción del pensamiento crítico del país.
De esta forma se presentará
el trabajo en los siguientes subtemas en los que quiero hacer hincapié. Formas
de protesta estudiantil y su reconocimiento como conciencia y expresión política.
Degradación estética de la universidad. Hegemonías discursivas dentro de la academia. Participación de
agentes externos en la universidad.
Puede que existan otras
formas de poder representar esta crisis del comportamiento de quienes habitan
la universidad, pero estas puntuales caracterizaciones permitirán entender al
menos un poco lo que hoy se está viviendo dentro de estos territorios y
comprender porque es necesario hacer un cambio al interior de la cultura
universitaria.
Formas
de Protesta
Últimamente con todo lo que
ha ocurrido a nivel nacional, en distintos ámbitos que van más allá del tema
educativo, la universidad colombiana y en especial la pública ha venido manifestándose
como respuesta a estos constantes ataques e intentos de privatización de la
vida nacional en los distintos sectores que nos tocan a diario. Este
cuestionamiento sobre el tipo de gobierno, de modelo económico, de sistema
político y de estado es frecuente en los debates en clases y fuera de ellas.
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Foto tomada por: Ntkd Cole |
Superficialmente parece no
encontrarse ningún problema ya que al parecer es constante el ejercicio crítico
y reflexivo sobre el modelo de país y de mundo que queremos, ¿pero a la hora de
reflejarle y expresarle eso a la sociedad como se está materializando?
Quienes llegamos a la
universidad creímos que se formaban y pensaban distintas expresiones de conciencia
política como ejercicio pedagógico para el mundo exterior, el que no tenía la
posibilidad de centrar su tiempo y vida en el estudio y de alguna manera espera
algo de quienes si pueden hacer ese aporte.
Pero luego de las grandes
movilizaciones del 2011 por la reforma a la educación superior, la forma de
lucha que se ha privilegiado es el choque directo con los grupos policiales,
ahora más que antes la consigna de (nuestras formas de lucha y resistencia no
son legítimas para ellos) domina. La expresión de descontento se siente únicamente
reflejada en el ejercicio de la violencia directa que en la mayoría de los
casos termina simplemente en la degradación de la planta física y el
sentimiento de rivalidad entre estudiantes – policías siendo ellos simples
peones que acatan orden de control a quienes se salen de la norma establecida.
El tropel y la violencia no son
algo nuevo, pero su cada vez y más constante uso como forma de lucha ha
provocado que un gran sector de la población universitaria se relegue de lo
político y permita que un minoritario y mal formado grupo monopolice el
horizonte de las reivindicaciones estudiantiles y sociales.
Los otros escenarios utilizados
constantemente para la deliberación y la expresión son permeados por las ganas
de choque y en ello se quedan en gran parte las movilizaciones, asambleas,
pupitrazos y demás formas de organización y coordinación estudiantil y
constantemente se ve que estos es la excusa para poder de otra manera conseguir
esta disputa.
Aunque es importante
destacar que hay siempre personas y grupos que intentan formar otro tipo de conciencia
política y forman estrategias para comunicarla, son muy escasos y pequeños y se
ven opacados por la bulla que genera el furor, reflejando a quienes va dirigido
el mensaje, algo totalmente distinto de lo que en teoría se quería conseguir.
Por eso realmente es cuestionable si lo que se quiere es transmitir un tipo de
idea a la sociedad o buscar excusas para la confrontación.
Degradación
Estética
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Tomado de: www.semana.com |
El presupuesto nacional para
la educación es escaso viendo las constantes necesidades de reparación y
adecuación por las demandas que la formación requiere, provocando que estos
empiecen a deteriorarse poco a poco y la planta física empiece a dañarse con el
tiempo.
Sin embargo con la acción
directa por parte de los estudiantes más allá de un déficit en la planta física
se ha generado una degradación estética, en donde se tomó muy apecho la idea de
(Paredes blancas, mentes vacías) y por ello es casi imposible encontrar un lugar
que no se encuentre rayado dentro del plantel, ya no parecen universidades
politizadas, por el contrario tienen un fuerte problema de contaminación visual
que va en crecimiento.
Sin vidrios, sin puertas,
sin espacios adecuados, son parte del común que las personas que habitan allí
naturalizan y no se cuestionan como la relación estudiantes – institución afecta
lo que muchos piensan es la defensa de la educación y devolviéndome un poco al
punto anterior, observar como gente que dice defender lo público saca la baldosa
y los ladrillos de la universidad a golpes para poder arrancarlos y arrojarlos
a grupos externos a ella.
El cómo se está pensando la
universidad y más aún las formas de defenderla evidentemente tienen que ser
repensadas y está reflejada en la crisis del comportamiento de quienes la
habitan y no es como se cree parte de las dinámicas de las públicas, esto sería
aceptar su constante degradación por parte de unos pocos.
Hegemonías
discursivas en la academia
Los espacios de participación
estudiantil están lejos de ser escenarios democráticos de discusión y decisión,
ya que estos se agrupan bajo algunos discursos que legitiman el accionar de la “comunidad”
estudiantil ante ciertas situaciones presentadas, impidiendo que otras
subjetividades se puedan expresar y sentir representada en esos escenarios que
en teoría, son construidos colectivamente por quienes asisten a ellos.
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Foto de: Diana Marcela Cañon |
Discretamente y en “bloque”
se intenta aplastar a otras propuestas que no respondan a los objetivos de
muchas organizaciones políticas (Abiertas o Clandestinas) que están al interior
de la universidad, posicionándose bajo la lógica de la llamada “democracia” (que
en muchos casos también atacan) para que sea legitima la decisión que
pasivamente el resto acata.
Por ello esos espacios se
convierten en la jugada en donde hay decisiones premeditadas para ofrecerles a
quienes participan una alternativa, ello en función de los intereses de grupos
particulares que se disputan la representatividad.
Ciertos autores, algunas teorías
específicas son válidas para ser mencionadas públicamente en esos espacios de
deliberación colectiva, propuestas que vayan fuera del discurso dominante “académico”
dentro de la universidad es relegado a otros escenarios de opinión.
Participación
de personas externas en la Universidad
Aunque se ven distintos
tipos de participación de personas ajenas a la universidad voy a enfocarme en
dos que permiten que se desenvuelva la línea de ideas, en donde se visibiliza
los problemas que tiene con mayor fuerza la universidad pública hoy.
Reconociendo como estos
afectan a las personas y a sus relaciones cotidianas en esos escenarios.
1. Conformación
del micro tráfico en las universidades:
Actualmente
todas las universidades públicas del distrito tienen una especie de “zona de
tolerancia” dentro de las mismas, en donde no se problematiza por el consumo de
drogas y se deja a un lado el cuestionamiento moral delo que esto implica para
una sociedad conservadora como la nuestra, pensando en McLaren creería que esto
podría denominarse como una forma de resistencia que subvierte las normas y se convierte
en el espacio en donde se saca al panorama público aspectos de la vida que son
considerados privados.
Pero
dejando a un lado la idea de lo subversivo y lo trasgresor el problema que se
presenta en estos lugares es por quienes buscan el lucro por medio del consumo
o la adicción de los demás, quienes se juegan este pequeño mercado en un
territorio muy limitado tiene un acompañamiento de estructuras que manejan el
negocio de la droga en Bogotá y a nivel nacional y cada vez se empoderan más de
las universidades.
Cada
vez se ve expandido el territorio y la demanda que en ellos se presenta y son
estos grupos que manejan esos mercados (paramilitares, narcotraficantes) los
que están ingresando en el ámbito de la vida universitaria, no solo por ser
distribuidores, sino por intentar sacar del camino a quienes puedan afectar su
negocio y en ellos se ven como objetivo algunos estudiantes y directivas, convirtiéndose
en un problema de seguridad que nos atañe a todos.
2. La
formación de pequeños negocios de alimentos al interior de la universidad:
Cada
vez es más común ingresar a las universidades y verse rodeados de sitios de
comercio en las denominadas “chazas” que en su gran mayoría no pertenecen a miembros
activos de la institución, la universidad se ve como un blanco en donde
personas externas a ella ven una forma de lucramiento invadiendo el espacio en
donde se transita, para únicamente construir un comercio al interior.
Inclusive
se generan ciertos tipos de oligopolios en donde familias o grupos se
distribuyen espacios de mayor aglutinamiento de personas y ponen en esos
espacios sus ventas, teniendo por grupos 2 o más lugares de ventas dentro del
mismo espacio, generando inclusive una falsa idea de competitividad hacia
quienes pasan por esos lugares.
Por ello es necesario
pensarse la universidad pública a quienes están beneficiando y de que formas se
están utilizando los espacios en su interior, porque estamos viendo que cada
vez más son los grupos de fuera de la universidad quienes están manejando las
actividades que se forman dentro y regulando los comportamientos de quienes la
habitan.
Podríamos decir que lo que
domina en la sociedad se está convirtiendo en un acto de resistencia a este
tipo de prácticas dentro de la universidad, ya que se cambian los papeles entre
sociedad y universidad y las formas de resistencia en esos espacios se viven distintas
por su mismo carácter de ser dominados por algunas prácticas, rituales y
vivencias.
1. De Zubiria. Sergio. (2013). Universidad Cultura y Emancipación en América Latina. Pág. 21. Ediciones Izquierda Viva
2. Ibíd. Pág. 22
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