miércoles, 26 de marzo de 2014

Crisis cultural en la universidad pública en Bogotá


Introducción

Este ensayo es construido desde mi experiencia y reflexión personal como estudiante, en las prácticas políticas, académicas y pedagógicas dentro de la universidad pedagógica nacional (Colombia), intentando presentar y poner en tela de juicio como se ha venido desarrollando la universidad pública al menos desde Bogotá, en lo que decidí llamar crisis cultural en la universidad pública. Aunque se hace referencia a “Universidad” lo que presentaré es un énfasis al estudiantado dentro del plantel educativo y de manera somera parte de la relación con la institucionalidad y la desvinculación de la formación de la universidad en la construcción de un proyecto nacional y no a todos sus posibles componentes.

El profesor Sergio de Zubiria retomando a de Boaventura de Sousa Santos nos explica en lo que consiste la triple crisis en la vida universitaria expresada en: Gramsci (Hegemonía), Weber (Legitimidad) y Habermas (Institucionalidad)1. Igualmente De Zubiria expresa la idea de tres postulados en los que debe profundizar la universidad y que cada vez más se están perdiendo, formación y capacitación de profesorado (Docencia), investigación y formación al estudiantado en sus múltiples ámbitos2.

La universidad colombiana no se escapa de ello, las políticas educativas nacionales en sus principales postulados busca mercantilizar e instrumentalizar bajo unos proyectos económicos  temporales o bajo los intereses de unas empresas particulares los escenarios de formación, critica y debate como lo son las universidades.

Por ello es preciso ver de qué forma lo asumen las personas que aún se “benefician” de la llamada educación pública que tanto se lucha en este país y relacionarlo no tan directamente con lo que el profesor Zubiria nos expone, ya que es evidente la crisis estructural que presenta la universidad y que definitivamente se encuentran los postulados del profesor desarrollados en nuestro contexto, por ello considero que es necesario ver cómo se forma desde dentro otro tipo de crisis, la que se podría denominar como la crisis universitaria, la crisis de quienes la habitan.

Antes de ocuparme en poder ver como se crean y ven reflejadas las relaciones culturales dentro de la escuela, me pareció más oportuno poder hacer una crítica al mismo manejo que se ha venido desarrollando al interior de la universidad a las relaciones de los estudiantes y a las vivencias que se dan allí. Éste como espacio de formación académica y especializada en la construcción del pensamiento crítico del país.

De esta forma se presentará el trabajo en los siguientes subtemas en los que quiero hacer hincapié. Formas de protesta estudiantil y su reconocimiento como conciencia y expresión política. Degradación estética de la universidad. Hegemonías discursivas  dentro de la academia. Participación de agentes externos en la universidad.

Puede que existan otras formas de poder representar esta crisis del comportamiento de quienes habitan la universidad, pero estas puntuales caracterizaciones permitirán entender al menos un poco lo que hoy se está viviendo dentro de estos territorios y comprender porque es necesario hacer un cambio al interior de la cultura universitaria.

Formas de Protesta

Últimamente con todo lo que ha ocurrido a nivel nacional, en distintos ámbitos que van más allá del tema educativo, la universidad colombiana y en especial la pública ha venido manifestándose como respuesta a estos constantes ataques e intentos de privatización de la vida nacional en los distintos sectores que nos tocan a diario. Este cuestionamiento sobre el tipo de gobierno, de modelo económico, de sistema político y de estado es frecuente en los debates en clases y fuera de ellas.
Foto tomada por: Ntkd Cole

Superficialmente parece no encontrarse ningún problema ya que al parecer es constante el ejercicio crítico y reflexivo sobre el modelo de país y de mundo que queremos, ¿pero a la hora de reflejarle y expresarle eso a la sociedad como se está materializando?

Quienes llegamos a la universidad creímos que se formaban y pensaban distintas expresiones de conciencia política como ejercicio pedagógico para el mundo exterior, el que no tenía la posibilidad de centrar su tiempo y vida en el estudio y de alguna manera espera algo de quienes si pueden hacer ese aporte.

Pero luego de las grandes movilizaciones del 2011 por la reforma a la educación superior, la forma de lucha que se ha privilegiado es el choque directo con los grupos policiales, ahora más que antes la consigna de (nuestras formas de lucha y resistencia no son legítimas para ellos) domina. La expresión de descontento se siente únicamente reflejada en el ejercicio de la violencia directa que en la mayoría de los casos termina simplemente en la degradación de la planta física y el sentimiento de rivalidad entre estudiantes – policías siendo ellos simples peones que acatan orden de control a quienes se salen de la norma establecida.

El tropel y la violencia no son algo nuevo, pero su cada vez y más constante uso como forma de lucha ha provocado que un gran sector de la población universitaria se relegue de lo político y permita que un minoritario y mal formado grupo monopolice el horizonte de las reivindicaciones estudiantiles y sociales.

Los otros escenarios utilizados constantemente para la deliberación y la expresión son permeados por las ganas de choque y en ello se quedan en gran parte las movilizaciones, asambleas, pupitrazos y demás formas de organización y coordinación estudiantil y constantemente se ve que estos es la excusa para poder de otra manera conseguir esta disputa.

Aunque es importante destacar que hay siempre personas y grupos que intentan formar otro tipo de conciencia política y forman estrategias para comunicarla, son muy escasos y pequeños y se ven opacados por la bulla que genera el furor, reflejando a quienes va dirigido el mensaje, algo totalmente distinto de lo que en teoría se quería conseguir. Por eso realmente es cuestionable si lo que se quiere es transmitir un tipo de idea a la sociedad o buscar excusas para la confrontación.

Degradación Estética

Tomado de: www.semana.com
El presupuesto nacional para la educación es escaso viendo las constantes necesidades de reparación y adecuación por las demandas que la formación requiere, provocando que estos empiecen a deteriorarse poco a poco y la planta física empiece a dañarse con el tiempo.

Sin embargo con la acción directa por parte de los estudiantes más allá de un déficit en la planta física se ha generado una degradación estética, en donde se tomó muy apecho la idea de (Paredes blancas, mentes vacías) y por ello es casi imposible encontrar un lugar que no se encuentre rayado dentro del plantel, ya no parecen universidades politizadas, por el contrario tienen un fuerte problema de contaminación visual que va en crecimiento.

Sin vidrios, sin puertas, sin espacios adecuados, son parte del común que las personas que habitan allí naturalizan y no se cuestionan como la relación estudiantes – institución afecta lo que muchos piensan es la defensa de la educación y devolviéndome un poco al punto anterior, observar como gente que dice defender lo público saca la baldosa y los ladrillos de la universidad a golpes para poder arrancarlos y arrojarlos a grupos externos a ella.

El cómo se está pensando la universidad y más aún las formas de defenderla evidentemente tienen que ser repensadas y está reflejada en la crisis del comportamiento de quienes la habitan y no es como se cree parte de las dinámicas de las públicas, esto sería aceptar su constante degradación por parte de unos pocos.

Hegemonías discursivas en la academia

Los espacios de participación estudiantil están lejos de ser escenarios democráticos de discusión y decisión, ya que estos se agrupan bajo algunos discursos que legitiman el accionar de la “comunidad” estudiantil ante ciertas situaciones presentadas, impidiendo que otras subjetividades se puedan expresar y sentir representada en esos escenarios que en teoría, son construidos colectivamente por quienes asisten a ellos.
Foto de: Diana Marcela Cañon

Discretamente y en “bloque” se intenta aplastar a otras propuestas que no respondan a los objetivos de muchas organizaciones políticas (Abiertas o Clandestinas) que están al interior de la universidad, posicionándose bajo la lógica de la llamada “democracia” (que en muchos casos también atacan) para que sea legitima la decisión que pasivamente el resto acata.

Por ello esos espacios se convierten en la jugada en donde hay decisiones premeditadas para ofrecerles a quienes participan una alternativa, ello en función de los intereses de grupos particulares que se disputan la representatividad.

Ciertos autores, algunas teorías específicas son válidas para ser mencionadas públicamente en esos espacios de deliberación colectiva, propuestas que vayan fuera del discurso dominante “académico” dentro de la universidad es relegado a otros escenarios de opinión.

Participación de personas externas en la Universidad

Aunque se ven distintos tipos de participación de personas ajenas a la universidad voy a enfocarme en dos que permiten que se desenvuelva la línea de ideas, en donde se visibiliza los problemas que tiene con mayor fuerza la universidad pública hoy.

Reconociendo como estos afectan a las personas y a sus relaciones cotidianas en esos escenarios.

      1.   Conformación del micro tráfico en las universidades:

Actualmente todas las universidades públicas del distrito tienen una especie de “zona de tolerancia” dentro de las mismas, en donde no se problematiza por el consumo de drogas y se deja a un lado el cuestionamiento moral delo que esto implica para una sociedad conservadora como la nuestra, pensando en McLaren creería que esto podría denominarse como una forma de resistencia que subvierte las normas y se convierte en el espacio en donde se saca al panorama público aspectos de la vida que son considerados privados.

Pero dejando a un lado la idea de lo subversivo y lo trasgresor el problema que se presenta en estos lugares es por quienes buscan el lucro por medio del consumo o la adicción de los demás, quienes se juegan este pequeño mercado en un territorio muy limitado tiene un acompañamiento de estructuras que manejan el negocio de la droga en Bogotá y a nivel nacional y cada vez se empoderan más de las universidades.

Cada vez se ve expandido el territorio y la demanda que en ellos se presenta y son estos grupos que manejan esos mercados (paramilitares, narcotraficantes) los que están ingresando en el ámbito de la vida universitaria, no solo por ser distribuidores, sino por intentar sacar del camino a quienes puedan afectar su negocio y en ellos se ven como objetivo algunos estudiantes y directivas, convirtiéndose en un problema de seguridad que nos atañe a todos.

      2. La formación de pequeños negocios de alimentos al interior de la universidad:

Cada vez es más común ingresar a las universidades y verse rodeados de sitios de comercio en las denominadas “chazas” que en su gran mayoría no pertenecen a miembros activos de la institución, la universidad se ve como un blanco en donde personas externas a ella ven una forma de lucramiento invadiendo el espacio en donde se transita, para únicamente construir un comercio al interior.

Inclusive se generan ciertos tipos de oligopolios en donde familias o grupos se distribuyen espacios de mayor aglutinamiento de personas y ponen en esos espacios sus ventas, teniendo por grupos 2 o más lugares de ventas dentro del mismo espacio, generando inclusive una falsa idea de competitividad hacia quienes pasan por esos lugares.

Por ello es necesario pensarse la universidad pública a quienes están beneficiando y de que formas se están utilizando los espacios en su interior, porque estamos viendo que cada vez más son los grupos de fuera de la universidad quienes están manejando las actividades que se forman dentro y regulando los comportamientos de quienes la habitan.


Podríamos decir que lo que domina en la sociedad se está convirtiendo en un acto de resistencia a este tipo de prácticas dentro de la universidad, ya que se cambian los papeles entre sociedad y universidad y las formas de resistencia en esos espacios se viven distintas por su mismo carácter de ser dominados por algunas prácticas, rituales y vivencias.

 1.        De Zubiria. Sergio. (2013). Universidad Cultura y Emancipación en América Latina. Pág. 21. Ediciones Izquierda Viva
         2.          Ibíd. Pág. 22

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